Hace algunos días, esta noticia sobre el futuro del sector del envase y el embalaje, nos hizo pensar en la figura del agente comercial dentro del sector industrial.
En el artículo, se habla de que el nuevo ingeniero del packaging debe ser multidisciplinar y flexible para poder adaptarse a las circunstancias de un mercado cada vez más global y dinámico.
Sería deshonesto y un poco arriesgado no admitir que la tecnología y el cambio en la ética de consumo del cliente final está desdibujando los cimientos del mercado hasta ahora conocido. Y cuando hablamos de “mercado”, nos referimos a él en su sentido global: incluimos aquí todos los sectores. Por lo que, inexorablemente, tuvimos que hacernos esta pregunta: ¿De qué manera nuestra actividad como agentes comerciales está viéndose afectada por este contexto? ¿Cómo se perfila el futuro del agente comercial en el sector industrial? Hemos investigado sobre ello y os compartimos esta reflexión.
Hasta el momento, la figura del agente comercial ha estado muy bien definida: su labor es la de promover, negociar y/o concretar operaciones mercantiles en representación de otras empresas. Es decir: el agente comercial es un intermediario con una asombrosa capacidad de adaptación para actuar en nombre de las diferentes marcas dentro de su cartera de empresas representadas. A lo largo de los años, esta posición intermediaria ha facilitado tres puntos fundamentales para llevar nuestra actividad un paso más allá. Así pues, conocemos el cliente, conocemos el sector (incluyendo aquí las innovaciones tecnológicas y los requisitos legales) y conocemos a las empresas proveedoras que compiten en el mercado. Y esto es lo que nos permite actuar como departamento de internacionalización de cualquier empresa en una economía cada vez más globalizada. Es decir, el agente comercial ya no solo es un intermediario. El agente comercial es, ahora, el perfil fundamental para la internacionalización de sus representadas.
Entender esto es esencial. Mucho. Los mercados son cada vez más accesibles para todos. Así que las responsabilidades de nuestra actividad se amplían. Necesitamos trabajar profundamente en la investigación de mercados, de manera que las operaciones de comercio internacional puedan llevarse a cabo de manera efectiva teniendo en cuenta los hábitos de consumo de los clientes, las innovaciones tecnológicas, el marco legislativo, etc. Pero también, poniendo especial foco en las relaciones personales trabajando aspectos interlocutivos: la empatía, la escucha, adaptarse a las diferencias culturales, etc.
El objetivo de la internacionalización no solo es el de garantizar una economía expansiva, sino también estratégica. Los períodos de recesión económica como, por ejemplo, los ocurridos en España en 2008, demostraron que la internacionalización no solo debía ser una medida reactiva a las fluctuaciones de la economía nacional. Debía ser una medida proactiva para garantizar la salud económica de la empresa y, también, su liderazgo a pesar del contexto.
Por lo que, a modo de conclusión, podríamos decir que el agente comercial se convierte, así, en un consultor comercial y socio estratégico de toda empresa. Es, en esencia, la figura que aporta la visión externa y el conocimiento del sector y del mercado necesarios para opinar sobre aspectos estratégicos del negocio que van más allá del límite que imponen sus productos y servicios.
Desde Comaq Casol trabajamos para detectar las tendencias del mercado, conocer los aspectos regulatorios, así como los procesos de investigación y desarrollo para ayudar a nuestras empresas representadas y clientes a diseñar soluciones adaptadas a sus necesidades. Si necesitas más información sobre nuestro trabajo, ponte en contacto con nosotros sin compromiso a través del siguiente email: info@comaq-casol.com.