Existen dos frenos principales por los que, en España, el trabajo remoto no se había instaurado de forma generalizada hasta el momento, cuando la crisis por la pandemia del coronavirus nos ha forzado a hacerlo.
El primer freno es la inversión en tecnologías TIC y la formación tecnológica que ello supone; el segundo freno es la cultura del presentismo, todavía muy presente en la mayoría de empresas españolas.
La ecuación es muy simple: los directores de empresas y líderes de equipo solemos pensar que si un empleado no está físicamente en su puesto de trabajo, sencillamente, no está trabajando.
La gestión del trabajo remoto, no podemos negarlo, está muy ligado a la gestión de la transformación digital. Un fenómeno que, en las empresas B2B españolas todavía está por madurar.
“La transformación digital es un proceso de cambio que afecta a toda la organización y cuyo éxito requiere no solo de la incorporación de nuevas tecnologías sino –y esto es más difícil de gestionar y controlar- de cambios en actitudes y comportamientos al nivel de toda la organización”, (Nueva Ferretería, 2019).
Y esto es, entre otras cosas muy importantes, lo que el COVID-19 nos ha venido a enseñar: la gestión del cambio es una cuestión de mentalidad.
Y estamos ante un proceso de cambio, no podemos negarlo. En esta transición hacia nuevas formas de trabajo, los líderes de equipos tenemos una gran responsabilidad: sostener la frustración, la incertidumbre y el miedo propio y ajeno; y, además, seguir motivando. A nosotros mismos, y también a nuestros empleados. Tarea de titanes, ¿no es cierto?
Desarrollemos nuestras soft skills:
Por ello, ahora, más que nunca, más allá de nuestras habilidades técnicas, tenemos que poner en el asador nuevas habilidades. Aquellas que nuestros colegas de Recursos Humanos nos han venido aconsejando desde hace tiempo, y que son las que realmente marcan la diferencia en el liderazgo. Se trata de las famosas soft skills o habilidades blandas:
- La inteligencia emocional.
- La capacidad de comunicación (oral y escrita).
- El trabajo en equipo.
- La adaptabilidad al cambio.
- La resolución de conflictos.
- Y la gestión del tiempo (entre otras).
Por lo tanto, además de transformar el diseño organizativo de nuestras empresas, necesitamos transformarnos a nosotros mismos. En mi opinión, son momentos de llevar a cabo pequeñas acciones que pueden significar mucho (o significarlo todo) para los miembros de nuestro equipo.
En primer lugar, considero que es necesario mantener la calma y cultivar nuestra paciencia. El cierre de escuelas y otras instituciones ha obligado a la “conciliación laboral”. Por lo que muchos miembros de nuestra plantilla están trabajando mientras tienen a sus hijos correteando por el sofá (¡como poco!). Por no decir que incluso puede que algunos de nuestros trabajadores estén lidiando con los problemas de salud de sus seres queridos. Estas familias necesitan nuestra comprensión y, sobre todo, necesitan nuestro apoyo. Ante estas situaciones, reducir las expectativas y ofrecer nuestra ayuda son dos gestos que van a mejorar nuestra relación con ellos y les ayudará a sentirse motivados y cohesionados.
Por otra parte, sugiero programar reuniones virtuales regulares para evitar malentendidos. Para información importante, quizás sea mejor una llamada que un email. Y quizás sea incluso mejor una videollamada que una llamada de voz. En la comunicación escrita, puede que no hayamos sido muy fans de los emojis, pero esta distancia física que todos estamos experimentando puede traducirse en una frialdad de discurso que es importante subsanar. Un smiley nunca está de más. 🙂
Y un último consejo por hoy en este sentido (la lista de sugerencias es larga, pero el número de caracteres aquí permitidos, no tanto), evitemos enviar emails fuera de la jornada laboral ordinaria. Apuntemos lo que queramos decir en nuestra agenda para enviar ese email mañana, o incluso programémoslo. Al mismo tiempo, antes de establecer fechas límite estrictas para el cumplimiento de tareas, preguntemos a nuestros compañeros: ¿para cuándo crees que puede estar hecho? En tiempos del coronavirus, la disolución del micromanaging y la flexibilidad y confianza en nuestros trabajadores tiene que ser máxima.
Mantengamos la seguridad de nuestros datos:
Al trabajar desde casa, podemos estar haciendo frente a otra amenaza: la de la seguridad de nuestra información. Considero sumamente importante conversar con nuestros empleados para dejar claro, como mínimo, estos puntos:
- Las informaciones confidenciales no pueden ser vistas por terceras personas ajenas a la compañía. Intentemos mantener bajo contraseñas el acceso a carpetas de la organización, y mantengamos estas contraseñas en gestores de información confidencial como, por ejemplo, Dashlane.
- Instalemos y mantengamos siempre actualizados los programas antivirus necesarios para proteger de malware nuestros sistemas tales como: Bitdefender, ESET o Kaspersky
Si logramos salir de esta reforzados, estoy seguro de que podremos afrontar cualquier cambio futuro en nuestras empresas para mayor innovación y productividad. Hoy más que nunca, la confianza en nuestros equipos debe ser férrea porque, entre todos, estamos remando para que nuestras compañías sigan a flote.
Un abrazo tod@s,
Equipo de Comaq Casol.